-huevos
-tomate frito natural o en su defecto de lata.
-chorizo o jamón
-guisantes, aceite y su sal.
En una cazuela de barro o metálica se vierte el tomate
natural triturado y frito. Sobre él se cascan dos huevos y por encima se le pone el chorreón de
aceite de oliva virgen. Alrededor podemos poner de forma opcional unas rodajas
de chorizo, de morcilla o de jamón, también unos guisantes.
Este plato no necesita horno porque el huevo cuaja en el tomate. El problema es cuando lo que tenemos es vitrocerámica, entonces se puede hacer en una sartén y luego emplatar. No requiere demasiado tiempo y el resultado es para mojar pan.